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...que la revolvía,
de lo que recuerdo.
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La revolvía en la escuela,
en la secundaria...
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Seguramente algo aquí
dentro me empujó a desear...
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...montar las grandes
olas, a proclamarlo.
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No soy psicólogo, no sé.
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De todos modos, cuando ya
estás, la subida de adrenalina...
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...es tan fuerte y adictiva
que cuando la pruebas...
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...ya no te
puedes detener.
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Pero para Noll, el
montar grande olas...
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...fue más que buscar adrenalina.
Fue su identidad...
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su modo de vida
y su empresa.
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Lo hacía para promover
su negocio de surf...
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...y trabajó
para promoverse.
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Era un organillero.
Sabía cómo promocionarse.
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Ya sea como un exitoso
realizador de películas de surf...
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...así como un fabricante de tablas, Noll,
que comenzó en el garage de sus padres...
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...en 1965 tenía una fábrica
de tablas de 2.000 m2...
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...construída en torno a su imagen
de surfista de olas grandes.
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Tenía un gran edificio,
67 empleados que hacían...
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...150 tablas por semana.
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No me hice rico porque
las vendía baratas.
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Había demasiada
competencia.
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Era un diseñador. Era un
fabricante muy influyente.
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Fue el surfista más
completo de los años 50 y 60.
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Lejos, era único.
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Fuera de las hazañas de Noll y de
los otros surfista de Waimea...
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...fue una ingenua
californiana de 15 años...
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...y su deseo de unirse
al equipo de Malibu...
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...lo que definitivamente
popularizó el surf en Estados Unidos.
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¡Surfear es sensacional!
¡No pueden imaginar...
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...lo que se siente al montar la ola!
¡Nunca había sentido algo así!
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¡Hey! ¡Es gigante!