:07:16
Ah. Espera, Ethel.
:07:18
- Perdón, mamá.
- ¿ Qué haces?
:07:20
Me lavo las manos
como me dijiste.
:07:22
Ah, sí. Llegó tu padre.
Hola, papá.
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- Hola, mamá. ¿Todo bien, Ethel?
- Sí.
:07:28
- ¿Estás bien, papá?
- Sí, gracias.
:07:30
- ¿ Un buen día?
- No estuvo mal, ¿y tú?
:07:33
- No me puedo quejar.
- Ethel, lleva la tetera.
:07:36
Dios, me muero de hambre.
Me comería un caballo.
:07:38
Lávate las manos, papá.
Yo lo pondré en la mesa.
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Sólo me pondré las pantuflas.
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Es un solterón, ¿no?
Parece bastante agradable.
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- Ay, sí. Es muy trabajador.
- ¿El tipo pequeñín y calvo?
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- No.
- No. El tipo grandote.
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- El que vive enfrente.
- Ah, sí. ¿En serio?
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No me sorprendería que tome
el pan con gotitas todas las noches.
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- Eso no tiene nada de malo.
- No todas las noches.
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- A mí no me molestaría.
- ¿Ah, no? Quisiera verte
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si te sirviera eso en la mesa
todas las horas del té.
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No, le haré un buen estofado.
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- ¿Podemos comer budines, mamá?
- Claro que sí.
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- Me encantan los budines.
- Tú eres un budín.
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- Ay, qué dulce.
- ¿Por qué traes la ropa de trabajo?
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Es martes, papá,
tengo escuela nocturna.
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- Ah, sí.
- Así es.
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Debo marcharme pronto.
:08:33
Budín.