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y siempre...
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Siempre estaba por ahí.
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A veces tenías ganas
de decirle, "Márchate".
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Liam era profundo.
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Aparte de todas
sus canciones rebeldes...
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y su carrera como actor,
tenía unos refranes increíbles.
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Una vez me dijo
después de unos 14 litros de Guinness,
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dijo, "Recuerda, Bob, nada de miedo,
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"nada de envidia, nada de maldad".
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Yo dije, "Entendido".
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Lo que yo oía en los Clancy Brothers
eran canciones rebeldes vehementes...
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que llegaban muy lejos.
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Y no eran más que unos tipos
con pinta de mosqueteros.
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Y luego a otro nivel tenías
las baladas románticas que...
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te mataban con la dulzura
de Tommy Makem y Liam.
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Era como coger una espada,
cortarte la cabeza y echarte a llorar.