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Me vi atrapado en este torbellino de...
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De estar aferrado a esta música
que iba a ser para siempre...
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y de estar involucrado en ella.
Y sabiendo que iba a durar siempre.
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La música cambió,
creo que la palabra es libertad.
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Todo estaba cambiando.
No eran cuatro temas por sesión.
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No había reloj. Quité todos los relojes.
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Ahí dentro nadie tenía un puto reloj.
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Era en plan: "Toca algo".
"¿ Qué te parece esto? ¿ Y esto?"
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Estamos grabando el 86845.
Número uno.
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Creo en reconocer los méritos
cuando son merecidos.
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Creo que Dylan
no tenía mucho que ver con eso.
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Creo que Dios,
en vez de tocarle en el hombro...
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le dio una patada en el trasero.
¡En serio!
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Y de ahí salía todo eso.
No puede evitar Io que hace.
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O sea, tiene el Espíritu Santo con éI.
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Puedes mirarle y notarlo.
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It Takes a Lot to Laugh,
It Takes a Train to Cry.
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De hecho, había dos versiones
de ese corte. La primera,
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que sale en versiones pirata,
era rápida...
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Era una versión mucho más rápida
y mucho más años 50...
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que se parecía mucho
a las otras cosas que se habían hecho.