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¡DEBO! ¡No quiero, sino debo!
Y entonces ... una voz me grita.
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No puedo dejar de oírla.
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No puedo continuar
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El acusado ha dicho que
el no puede ayudarse a sí mismo.
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Es decir, el está obligado a matar.
y si ese es el caso
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el ha pronunciado
su propia sentencia de muerte.
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Alguien que admite ser
un asesino compulsivo
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debe ser apagado,
como una vela.
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Este hombre debe ser
aniquilado, eliminado.
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¡Perfecto! ¡Lo que yo pensaba!
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Desearía hablar.
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La defensa tiene la palabra,
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Nuestro muy honorable presidente,
a quien, creo, busca
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la policía por tres asesinatos...
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Eso no tiene nada que ver con esto.
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...demanda que en razón de que mi cliente
actúa bajo un irresistible impulso
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debe ser condenado a muerte...
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¡Eso es correcto!
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El se equivoca. Porque
los hechos se han aclarado
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¡Un minuto, suficiente!
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¡Viejo loco borracho!
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Es esa profunda obsesión
la que hace que mi cliente no sea responsable.
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Y nadie puede ser penalizado
por algo que no puede controlar.
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- ¡Es ridículo!
- ¿Sugiere
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que esa bestia pueda quedar libre?