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Parece en paz.
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No puede ser tan duro morir.
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Esa cartera me la robó a mí.
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Estaba así. No he tocado nada.
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Quizá intentara coger su cartera,
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pero no se mata a un hombre por eso.
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No se mata a un hombre por una cartera.
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Pobre barón, necesitaba dinero.
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- ¿ Y la Srta. Flaemm?
- Yo cuidaré de ella.
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Eso es. Trabaja con ese hombre.
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Me atrajo a su habitación
mientras él me robaba aquí.
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- Eso diré al tribunal.
- ¿Al tribunal?
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Sí.
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Sr. Kringelein, debo hablar con usted
antes de que venga la policía.
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¿Está la Srta. Flaemm en su habitación?
1:32:55
- Sí.
- Está en su habitación.
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Nadie sabrá que estaba con ella.
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Usted estaba con ella.
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No le interrogarán.
No le harán ninguna pregunta.
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Usted no puede dar testimonio.
Y ella tampoco puede decir nada.
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Está proponiendo falsificar las pruebas.
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Mi existencia pende de un hilo.
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Un escándalo con esa mujer
significaría mi ruina.
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- ¡Acaba de matar a un hombre!
- ¡ Eso no importa!
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Perdone, pero importa muchísimo.
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- Vamos a llamar a la policía.
- ¡ No!
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Por favor, Sr. Kringelein.
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Le daré dinero, lo que quiera.
Puede irse. Por favor.
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- Tengo suficiente dinero.
- Sr. Kringelein, por favor, ayúdeme.
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- Mi vida está en sus manos.
- Su vida.
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¿ Y qué me dice de cuando tenía mi vida
en sus manos?
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Puedo hacer que vuelva a Friedersdorf.
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Puedo darle una buena posición
en Friedersdorf.
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Muchísimas gracias,
Sr. Magnate Industrial Preysing,