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¿Qué me dices?
Barney Glasgow vino a visitarnos.
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Qué bien, señor Glasgow.
Encantada de conocerlo.
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Igualmente.
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El tío Swan nos contó
muchas cosas de usted.
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Cuando preparo Artsoppa, me
cuenta cuánto a usted le gustaba.
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¡Hace años que no tomo Artsoppa!
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- Le prepararé un poco esta noche.
- No, me voy en el tren número 11.
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Ojalá te quedaras.
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¿Qué quiere desayunar?
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- Frutas, café...
- Y un poco de avena.
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Avena. Y tenemos
unas salchichas muy ricas.
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- ¿E hígados de pollo?
- También.
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Los ordenaré yo misma
para que les traigan muchos.
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- Es una buena chica.
- Vaya si lo es.
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¿Dónde está tu hija?
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Ahí.
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Atiende esa mesa.
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- Hola, papá.
- Ésta es mi hija Lotta.
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- ¿Lotta?
- "Ja", también se llama Lotta.
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Éste es Barney Glasgow.
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¿Cómo le va, señor Glasgow?
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¿Cómo está?
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¿Por qué te pones de pie, Barney?
Siéntate, siéntate.
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- ¿No es como te lo describí?
- Sí.
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Mi padre me ha hablado
mucho de usted.
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Aquí tiene, señor Glasgow.
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Sus frutas. Lotta,
trae el café y las tostadas.
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Es un placer tenerlo aquí.
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Y el hígado de pollo
ya está saliendo.
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- Es bonita, Barney, como su mamá.
- Por un segundo creí que era ella.
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También es lista. Va a la escuela
tres noches por semana y estudia.
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Dice: "No trabajaré siempre aquí.
Algún día conseguiré algo mejor".
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Qué bien, Swan.
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- ¿Así que no te gusta este lugar?
- Santo cielo, no.
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Quiero ir a Milwaukee
a aprender algo.
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No quiero estancarme aquí
como papá y Karie.
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Oímos eso todo el tiempo.
¿Le gustó el desayuno?
:49:55
Sí, muchas gracias.
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Qué rico olor.