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Nos contrataron de guardaespaldas,
¿vale? Y nos encerró en un cuarto.
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Si se corre la voz en nuestra profesión,
estamos listos.
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Así que le dije a mi socio:
" Lo dejamos. Está loco".
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Quiero mucho a Clarissa.
Es una yegua estupenda.
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Cuando ese chalado
empezó a darle donuts,
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le grité que a ver qué es lo que hacía
y que tuviera cuidado.
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A mí no me importaría si no fuera
porque ahora Clara sólo quiere donuts.
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Con el permiso de la sala,
llamaré al Dr. Emll Von Hallor
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para que nos dé su opinión.
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Es un eminente psiquiatra
y toda una autoridad en la materia.
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Está dando unas conferencias
y nos ha ofrecido sus servicios.
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- Dr. Von Hallor.
- ¡Dr. Von Hallor!
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¿Jura que lo que va a decir
ante este tribunal
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será la verdad, toda la verdad
y nada más que la verdad?
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- ¿Nombre?
- Emil Von Hallor.
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Tome asiento.
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Dr. Von Hallor, ¿quiere decirle al tribunal
cuáI es su opinión en este caso?
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Es un caso claro de manía depresiva.
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En estos casos,
puede que no se detecte durante años.
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Como usted sabe, en mi último libro
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presenté algunos ejemplos,
sobre todo el de un joven noble.
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Sí, Dr. Von Hallor. Muy interesante.
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Me recuerda mucho a este caso.
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Se tarda mucho en detectarlo
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porque su humor cambia
a menudo y con rapidez.
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Señoría, ¿puedo mostrárselo
con un gráfico?
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Por supuesto.
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Por debajo de esta fase,
son extremadamente depresivos,
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melancólicos, es imposible vivir
con ellos y se pueden volver violentos.
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Un maníaco depresivo
puede pasar gradualmente de ese humor
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a este nuevo estado.
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La lucidez. Entonces se muestran
tan normales como usted o yo.