1:04:02
Ydiles que suspiré
1:04:05
Ydiles que lloré
1:04:09
Ydiles que de lo mismo morí yo
1:04:13
Ycuando me muera
1:04:15
No compres un ataúd de plata
Ni enciendas todas las velas
1:04:20
Sólo pregunta a los muchachos
Qué van a tomar
1:04:25
Ydiles que suspiré
1:04:28
Ydiles que lloré
1:04:32
Ydiles que de lo mismo morí yo
1:04:35
Ycuando me muera
No pagues a un predicador
1:04:39
Para que hable de mi gloria
Yde mi fama
1:04:43
Sólo pregunta a los muchachos
Qué van a tomar
1:04:49
Ydiles que suspiré
1:04:53
Ydiles que lloré
1:04:57
Ydiles que de lo mismo morí yo
1:05:05
El alcalde me dice que ha estado
preguntando sobre Keogh.
1:05:08
Pensamos que ya que somos la ley,
debíamos hacer algo.
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- Mire, yo en su lugar--
- Enseguida regreso.
1:05:16
- Eso me gustó.
- Bien, pues invíteme a un trago.
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- Muy bien.
- Eso es todo por ahora.
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En eso consiste la canción--
que me inviten a un trago.
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- Sí, bueno, eso me imaginé.
- Le gustó, ¿eh?
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- Estuvo bien.
- Se la cantaré de nuevo.
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- ¡Música!
- Se lo digo--
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Keogh se fue del pueblo.
1:05:37
Sí, bueno, eso es lo que digo yo.
1:05:40
Pero tal vez olvidó algo aquí.
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Ya sabe... un cuerpo, quizá.
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Ah. Claro, claro.
1:05:51
No podrías demostrar nada
sin un cuerpo.
1:05:53
- ¿ Verdad?
- Correcto, alcalde. Correcto.
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Pero supongamos
que sabemos dónde está.