:32:00
Pero en unas semanas
estaré recuperada.
:32:03
Por supuesto.
:32:06
Madre.
:32:10
Gracias.
:32:11
La difteria
es una terrible molestia.
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El pelo se caía de a mechones.
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Henri salvó mi vida.
No sé qué habría hecho sin él.
:32:21
Es muy inteligente.
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Tío George.
:32:27
Pero sólo estoy hablando de mí.
:32:31
Fanny, ¿qué estuviste haciendo?
:32:33
- No mucho, madre.
- ¿Viste a Johnny Mitchell?
:32:37
Sí, lo vi.
:32:39
- ¿Cómo está?
- Está bien.
:32:45
Georgie, ¿sabes a quién
estuve viendo?
:32:49
- ¿A quién?
- A Job.
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- ¿Job?
- ¿Papá?
:32:54
Sí. Se queda sentado todo el día,
mirándome...
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...con esos ojos conmovedores.
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- Tuviste alucinaciones.
- ¿Eso son?
:33:04
No le cuentes al Dr. Melton.
Aumentará sus honorarios.
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¿Cuándo empezó, Fanny?
:33:11
Durante mi enfermedad.
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Un día cerré los ojos
y él apareció.
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Con el tiempo, aparecía
aunque no cerrara los ojos.
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Parado junto a mí, o frente
a mí, mirando.
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Fanny, dile a tu padre
que deje de hacerlo.
:33:27
Es muy desconcertante.
:33:34
- ¿Sabes algo de él?
- No, y me preocupa.
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Le escribí tres cartas
y no respondió.
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Seguramente por falta de tiempo.
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Estaba muy ocupado mirándome.
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Bien, debo irme.
:33:48
Debería estar acostada.
:33:50
No grite.
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Quiero un sorbo más de té.
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Está bien. Sólo uno.
:33:58
Ya está.