:55:01
No hay ninguna esperanza.
Me rindo.
:55:03
Pero no podemos volver a esa
vida horrible que odiabas.
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- ¡Los hombres son viciosos!
- No todos lo son.
:55:10
¿De quién hablas?
:55:12
¡Eres tan impaciente!
Como un toro ante la salida.
:55:16
Decides esto, aquello...
Te precipitas en las cosas.
:55:18
Deja que las cosas sigan su curso.
:55:22
Mira.
:55:29
- ¿Qué son?
- Unos pendientes. Póntelos.
:55:32
¿De dónde han salido?
:55:34
Póntelos y mírate en el espejo.
:55:42
Mamá, ¿crees la falta de lujo
es lo que me hace infeliz?
:55:48
Mira que radiante estás.
:55:54
No es la falta de lujo
lo que me hace infeliz.
:55:58
Si fuesen perlas auténticas,
las tiraría por la ventana.
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¡Hola! Agnès.
:56:18
¡Qué preciosos pendientes de perlas!
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Los reconozco, he pasado por mi joyería
y los habían vendido.
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- Sabía que te los encontraría puestos.
- Se equivoca.
:56:29
¿Debe alguien de tu edad
llevar unas joyas de ese valor?
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¡Quítatelos ahora mismo!
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-Es desesperante. ¿Cómo puedes?
-Se equivoca.
:56:38
Te comportas como una fulana.
¡Una horrible fulanita!
:56:54
Devuelve estas perlas a donde
vinieron, con una breve nota.
:56:58
¿Cómo puede Agnès hacer
esas cosas tan torpes? Tan estúpidas.