:09:01
Así que llamé a un amigo,
Artie Green...
:09:04
buen muchacho,
ayudante de dirección.
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Podía prestarme 20 dólares.
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Con eso no tenía ni para empezar.
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Entonces llamé a
dos de la Metro.
:09:15
Me dijeron que no.
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Al final localicé a mi
representante. El mentiroso.
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¿Estaba buscando trabajo
para el pobre Joe Gillis?
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No. Trabajaba duro en un club de
Bel-Air con los palos de golf.
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Así que necesitas 300 dólares.
Desde luego que podría darte 300.
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- Sólo que no voy a hacerlo.
- ¿No?
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No soy sólo tu representante.
No es por el diez por ciento.
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- Soy tu amigo.
- ¿Lo eres?
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¿No sabes que las mejores obras
fueron escritas con el estómago vacío?
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Cuando un talento como tú
tiene hambre, consigue el éxito.
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Olvida el hambre.
¡Estoy hablando del coche!
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Si pierdo el coche, es como
si me cortaran las piernas.
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Es lo mejor que te
puede pasar.
:10:00
Así tendrás que sentarte a la
máquina y escribir.
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¿Qué crees que he estado haciendo?
Necesito 300 dólares.
:10:07
Yo creo que lo que necesitas es
otro representante.
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Cuando conducía de vuelta a la ciudad,
hice inventario de mis posibilidades.
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Que en ese momento sumaban exactamente cero.
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Aparentemente no tenía
lo que hacía falta...
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y había llegado la hora de despedirme
de Hollywood y volver a casa.
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Quizás si vendía mis trastos tendría
bastante para un billete de autobús a Ohio.
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De vuelta a ese trabajo de 35 dólares a la semana
escribiendo copias en el Dayton Evening Post...
:10:47
si aún existía.
:10:49
De vuelta al delicioso placer
de la oficina.
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Muy bien, genios. ¿Por qué no
hundis Hollywood de una vez?
:10:56
Quizás creeis
que podríais hacer...