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Joe dice que viviste en Nueva York.
- Una temporada.
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Creo que Nueva York no me gustaría.
- ¿Por qué?
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No lo sé.
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Tendría miedo.
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¡Qué bien huele!
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¿Lo compraste en Nueva York?
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No, en una farmacia de Kansas City.
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Peggy, ¿cuántos años tienes?
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Veinte.
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¡Veinte! La edad de los milagros.
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Tu café, Mae.
- Gracias, Joe.
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Y tú, ¿quieres algo?
- Un cadillac.
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¿Sabes lo que realmente me gustaría?
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Un remolque.
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lr por todo el país viendo cosas.
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¿ Y dónde criarías a los niños?
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¿En el asiento de atrás?
- ¿Quién te ha dicho que tendría niños?
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Tú tendrías niños.
- ¿Sí?
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Joe quiere que me case con él.
- Me he dado cuenta.
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Pero odio que me den órdenes.
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Si te casas con un tipo, lo primero
que hace es darte órdenes.
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Puede ser muy cariñoso a veces.
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Pero si me caso no quiero seguir
trabajando en la conservera.
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¿Quiere Joe que trabajes?
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Ya conoces a los hombres.
Dicen muchas cosas.
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Pero espera a que tenga
mala racha y falte el dinero.
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Volvería directamente a la conservera.
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Y entonces sería para siempre.
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Eres muy bonita, Peggy.
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Sí, los chicos me silban.
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Me alegro mucho de que
hayas vuelto a casa, Mae.
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¿ Y tú?
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¿ Y yo qué?
- ¿Te alegras de haber vuelto?
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Vuelves a casa cuando
ya no tienes otro sitio.
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Me sorprendió mucho entrar en Angelo
y encontrar a tu hermana sentada.
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¿Qué hará ahora que ha vuelto?
- No lo sé.
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¿Tienes hilo?
- ¡Paissan, hilo!