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¡Alto!
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¡Dad la contrase?a!
1:23:24
¡Alto!
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Lucilio, ¿y Casio?
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Está al llegar
y Píndaro viene de su parte.
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Me saluda con afecto.
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Tu amo, por haber cambiado o por
malos consejos de sus oficiales,
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me hace ansiar
que ciertos hechos se deshicieran.
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El me lo explicará.
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No dudo que mi noble señor
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será discreto y honorable.
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No tengo ninguna duda.
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Y bien, Lucilio, ¿cómo te recibió?
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Házmelo saber.
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Con bastante respeto y cortesía.
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Pero no con muestras de familiaridad
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ni el habituado trato habitual.
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El cálido amigo se entibia.
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Al decaer la amistad,
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observa que ésta adopta
forzadas ceremonias.
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La fe sencilla y pura
no admite disfraces.
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¡Alto!
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¡Eres injusto conmigo!
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¿Soy injusto con mis amigos?
¿Cómo iba a agraviar a un hermano?
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¡Esa templanza encubre injusticias!
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¡Domina tu enojo
y expón tus quejas!
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Te conozco bien.
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No deberíamos discutir en presencia
de nuestros dos ejércitos.