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Ha venido por los caballos, ¿verdad?
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Sí, señora.
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He venido a comprar a Vientos de Guerra,
si a su hija no le importa demasiado.
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De todos modos, lo más probable
es que Leslie nos deje pronto.
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David está en la embajada de Washington.
Le han llamado de vuelta a Inglaterra.
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Aquello le gustará, ¿no cree?
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¿ Va a casarse con él?
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Madre, déjame venderle Vientos de Guerra
al Sr. Benedict.
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Puedo decirle todos sus defectos.
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Por ejemplo, come demasiado,
¿a que sí, papá?
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Verá, o Vientos de Guerra o yo.
Uno de los dos debe irse.
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Sabes que ese caballo es demasiado
brioso para que lo monte una mujer.
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Sé que su caballo echará de menos a usted
y a esta bonita y verde tierra, pero...
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trataré de que sea feliz en Texas.
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¿No es verde Texas, Sr. Benedict?
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No, señora, no del todo.
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Tiene que hablarnos de Texas,
Sr. Benedict.
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No es tan sencillo.
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Es diferente a cualquier otro estado, creo.
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Al menos eso pensamos.
Es casi como un país distinto.
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Desde el punto de vista de un inglés,
su tamaño quita el aliento.
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Sí que es grande, sí.
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¿Cómo son de grandes sus ranchos?
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De todos los tamaños,
grandes y pequeños.
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El Reata del Sr. Benedict
es el más grande de todos.
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¿De veras?
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¿Qué tamaño es ése?
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Es uno de los mayores.
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¿Cómo de grande es eso?
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De donde venimos, supongo que hay
uno o dos así de grandes,
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y algunos más grandes
en las llanuras costeras.
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¿Puede concretar algo más?
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¿Cuánto tiene el suyo?
¿50.000, 20.000 acres?