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Debo hallar mi zapato.
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Es esa cosa parisina que tienes, ese algo...
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...como dicen en la Ribera Norte,
esa gotita caliente de aperitivo.
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Sr. Flannagan, arriba quieren hablarle.
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¿Cuántos hombres te han dicho eso?
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Vamos, ¿cuántos?
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El teléfono, Sr. Flannagan.
1:30:27
No te muevas.
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¿Hola? ¿Sí?
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¿Quién? ¿Ingrid?
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Ah, eres tú, Dagmar.
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¿Están las dos al teléfono?
¿De dónde Ilaman, Estocolmo?
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Están en París. Pues, mira, estoy...
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No puedo hablar libremente,
es mal momento.
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No, nada de eso.
Es sólo que la bañera está rebalsando.
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¡Cerraré el grifo!
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¡Espera! Mira, ¿qué tal si te Ilamo luego?
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¿Cuánto tiempo estarán en París?
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¿Sólo esta noche?
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Querido Sr. Flannagan:
En respuesta a su pregunta...
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...del número de hombres de mi vida,
aquí está una lista detallada...
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...según he podido recordar.
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Punto uno:
Un profesor de álgebra pelirrojo.
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Punto dos: Un chico muy dulce que ahora...
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...es misionero
en la Africa Ecuatorial francesa.
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Punto tres: Un instructor de hípica...
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...que anteriormente era cosaco.
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Mira, haré que el chofer
las recoja alrededor de las 8:30.