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No vinimos como enemigos.
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Solo vinimos con intenciones
amistosas. A hablar.
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Para pedir su ayuda.
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¿Nuestra ayuda?
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Sí.
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Su ayuda para el universo entero.
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Pero los gobiernos de la tierra
negaban nuestra existencia.
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Tras vernos y oírnos,
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aún rehúsan aceptarnos.
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¿Por qué es tan importante que
contactaran con nuestros gobiernos?
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Por la muerte.
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¡Porqué todos los terrícolas
son unos idiotas!
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- Tranquilo, chaval.
- No, tranquilícese usted.
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Primero fueron los petardos,
explosivos inofensivos.
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Luego las granadas. Comenzaron
a matar a su propia gente.
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Entonces vino la bomba,
luego otra mayor.
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Mataron a muchos de golpe.
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Entonces sus científicos
encontraron la bomba atómica,
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dividieron el átomo
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Luego la bomba de hidrógeno,
con la que hacen explotar el propio aire.
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Ahora pueden destruir todo el universo
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con nuestro sol.
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El único explosivo que
les queda es el solaronite.
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Eso no existe.
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Tal vez para ustedes.
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Pero nosotros conocemos hace siglos.
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Sus científicos lo descubrirán
como todo lo demás.
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Pero sus mentes juveniles
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no lo entenderán hasta
que sea demasiado tarde.
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No sabemos de qué habla.
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El solaronite permite hacer explotar
las partículas de la luz solar.
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Eso es imposible.
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Mientras hablamos, sus científicos
buscan cómo utilizar los rayos del sol.
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Los rayos de luz son
partículas diminutas.
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¿Tan raro les parece que
no pueden ni imaginarlo?
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Pero una partícula de sol
no puede ser medida o vista.
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¿Pueden ver o medir el átomo?