:16:02
Pero ya era demasiado tarde.
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¡Qué historia más triste!
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Y desde entonces...
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Nada. Sin sentimientos. Como si me
inyectaran Novocaína en el corazón.
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Pobrecito. Pobrecito mío.
:16:15
Sí. Todo el dinero del mundo...
¿Y para qué me sirve?
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¿Salsa de menta o de arándanos?
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¿Cómo puedes pensar en comer
en un momento como éste?
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¿Y qué más me queda?
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- ¿Tan desesperado estás?
- Mi familia hizo todo lo que pudo.
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Contrató a las criadas
francesas más guapas.
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Tenía una tutora especial
que me leía libros prohibidos.
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Importaron a bailarinas balinesas,
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con cascabeles en los tobillos,
y las uñas largas.
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Qué desperdicio de dinero.
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¿Has probado con chicas americanas?
:16:45
¿Por qué?
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¿Has sentido algo?
:16:55
Gracias de todos modos.
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Deberías ir a un médico.
A un buen médico.
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Ya lo he hecho. Me pasé seis meses
en Viena con el profesor Freud, tumbado.
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Y después fui a los hermanos Mayo.
Inyecciones, hipnosis, baños minerales...
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Si no fuera tan cobarde, me suicidaría.
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¡No digas eso!
:17:16
Tiene que haber una chica
en alguna parte que pueda...
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Si un día encontrara a una chica que
pudiera, me casaría con ella enseguida.
:17:24
- ¿Puedes hacerme un favor?
- Claro. ¿De qué se trata?
:17:27
Yo no seré el Dr. Freud ni un Mayo,
ni una de esas criadas francesas, pero...
:17:31
¿Me dejas que lo intente otra vez?
:17:34
Está bien. Si insistes...
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- ¿Has sentido algo?
- Me temo que no.
:17:53
- Lo siento muchísimo.
- ¿Te apetece un poco más de champán?
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A lo mejor si pusiéramos algo
de música... ¿Cómo se bajan estas luces?