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...de lo de Duelling Oaks.
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- No cuentes eso, Cathy.
- No la interrumpa.
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Después de aquello...
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...por la mañana
empecé a escribir un diario...
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...en 3° persona, algo como:
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"Ella sigue viva esta mañana".
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Refiriéndome a mí misma.
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"¿Qué le espera ahora?
Sòlo Dios lo sabe".
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No podía ir a ningún sitio.
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Cierto.
No salía de su cuarto.
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Càllate, mamà.
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Escribía algo así:
"Se ha levantado pronto.
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Se ha tomado el café,
se ha vestido...
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...y ha dado un paseo".
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- ¿Eso quién?
- Ella.
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O sea, yo.
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Desde Esplanade
hasta Canal Street...
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...como perseguida
por lobos siberianos.
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Se saltò los semàforos en rojo,
sin esperar al verde.
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"¿Adònde pensaba que iba,
de vuelta a los Duelling Oaks?"
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Todo estaba...
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...frío y oscuro.
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Excepto esa boca...
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...caliente y voraz.
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Era un hombre casado vulgar.
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¿Y luego?
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Una mañana, Sebastian entrò
y me dijo: "Levàntate".
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Por si hay vida después de la muerte,
hay que obedecer. Y me levanté.
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Me llevò a hacerme fotos
para el pasaporte.
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Dijo: " Mamà no podrà
venir en verano.
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Vendràs tú en vez de ella".
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- Fue idea de ella, no de él.
- ¡Sra. Venable!
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¿Y su primo?
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Me ayudò a vivir de nuevo...
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...en París, Barcelona, Roma.
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Esas ciudades que yo no conocía,
las visitamos juntos.
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Y aquellos... ¿Còmo los llamaba?
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Aquellos días soleados...
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...donde siempre es mediodía
y no hay sombras.