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Fabrizio... mi amado...
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Nadie puede gritar en mi casa,
¡Ni en mi alcoba,ni en mi cama!
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¡No me digas qué he de hacer!
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¡Aquí decido yo!
¡Y esto lo decidí hace tiempo!
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¡Será el!
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Durmamos.
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Mañana iremos de caza,
tengo que levantarme temprano.
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Buenas noches, estimada Stella.
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De todo me has hablado don Ciccio:
de madres locas, de abuelos fecales...
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...pero nada de lo que me interesa,
es decir, la Srta. Angélica.
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Bien, de ella poco se puede decir.
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Consiguió la belleza de su madre,
pero ningún hedor de su abuelo.
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Ella es muy inteligente.
Una autentica señora.
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Cuando volvió de la escuela,
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..me invitó a su casa y toco
mi vieja mazurca.
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No la toco muy bien,
pero oírla fue una delicia...