1:06:01
Muchas gracias.
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Lo reconozco, Stan. Al principio
pensábamos que estabas loco.
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Casar a Bash no parecía buena idea.
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Y no lo era. A eso me refiero.
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- ¡Me equivoqué!
- Nos equivocamos todos.
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EEUU lleva a los Brannigan en su corazón.
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Por primera vez, las mujeres lo leen.
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A mi mujer le encanta. Derrama la sopa
y dice que le recuerda a mí.
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Bueno, Stan, el caso es que
nos equivocamos todos.
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No, no os equivocasteis todos.
Fue un error. Un error trágico.
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Por eso he convocado esta reunión.
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Sigo sin entender nada.
¿Para qué nos reunimos aquí, Stan?
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Edna me habrá llamado 15 veces a la oficina.
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Es que a Edna no le gusta
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que esté en un sitio donde no puede
localizarme por teléfono, Stan.
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Eso es lo bueno del club.
Que no pueden localizarnos.
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¡El único sitio seguro que nos queda!
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Gracias.
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Un momento. Lo siento,
pero no se admiten damas.
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Vaya, gracias.
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Lo siento. El Sr. Edwards no puede ponerse
en este momento. Está en el gimnasio.
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Stan, lo que hay que
tener en cuenta ahora es
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que los Brannigan son geniales para la tele.
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Nos hace falta una chica guapa
e inteligente que haga de mujer,
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y un idiota baboso y
estúpido que haga de Bash.
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La audiencia sería de 80 millones.
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Y luego está el merchandising.
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Stan, creo que hemos hecho
unos contactos sensacionales.
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Atento a esto: Bash Brannigan oficial,
con delantales a juego para ella y para él.
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Una familia que cocina
unida, se mantiene unida.
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Creo que ése sería el eslogan.