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¿ Y eso qué cambiará?
Griffen pinchó mi teléfono. Así de fácil.
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Exijo una explicación.
¿ Qué hay detrás de todo esto?
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No hay nada detrás, querido.
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Lo pondré en mi informe
y me iré sin armar ruido.
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Deja de hablar así y cuéntamelo todo.
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- ¿Es una orden?
- Claro que sí.
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¿ Qué más quieres? Conoces los hechos.
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- Hice un trato con Muller.
- Es tu chico, ¿no es así?
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- ¿ Cómo coño lo sabías?
- Ahora quiero que me lo cuentes tú.
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Siempre has tenido tus reservas
hacia Charley, ¿eh?
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Las he tenido hasta yo con los años.
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Pero el patrullero Charley Kane hijo
es un buen chaval.
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Algún día será un policía de puta madre.
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Es la típica historia.
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Él y su estúpida esposa le debían
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3.000 dólares a una casa de préstamos.
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La chica tenía dos abrigos de piel.
¿Tú te crees?
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Una chica de 21 años
con dos abrigos de piel.
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Muller sabía que necesitaba la pasta.
Se la dio al chico...
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...a cambio de que la brigada antivicio
no entrara en el local de Muller.
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Cuando el chico
no pudo cumplir con su parte,
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Muller le amenazó
con denunciarlo por aceptar sobornos.
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Muller no es tonto.
Sabía que el chico me buscaría.
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- Muy inteligente para un infeliz como Muller.
- Ya...
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- Sigue.
- Nada.
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Cuatro generaciones Kane...
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...y yo soy el primero al que despiden
del departamento, y por mi culpa.
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Eso nunca lo vio el viejo
en aquella botella de güisqui.
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- ¿De cuánto dinero estamos hablando?
- De 3.500 dólares.
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- ¿Por qué no se los devuelves a Muller?
- No los aceptaría.