:44:03
- Usted tampoco está vestida.
- ¿ Quién me ha desnudado?
:44:07
- Yo.
- ¿ Por qué?
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- Lo echamos a suertes y gané yo.
- Nunca en la vida...
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¿ No sabe que hay que aflojarle la ropa
a la persona que se desmaya?
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Ah, sí. Me estoy comportando
como una idiota, ¿ verdad?
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- Casi diría que sí.
- Sí, yo estaría de acuerdo.
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¿ Podrían darme un trago?
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- ¿ No se irá a desmayar otra vez?
- No, Sr. McNally.
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¿ Solo bebe cuando se va a desmayar?
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Nada más lejos de la realidad, señorita.
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¿ Se encuentra bien?
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¿ No hablaban de ir a Río Lobo?
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- Sí.
- Bien, los acompañaré.
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- ¿ Usted? Ni hablar.
- No diga tonterías.
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¿ Qué saben de Río Lobo?
Nunca han puesto los pies allí.
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No sabrán adónde dirigirse
o cómo reconocer al enemigo.
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- Les seré útil.
- ¿ Y usted por qué quiere ir?
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Quiero recuperar mi carromato.
El viejo Charlie quería que lo tuviera yo.
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Cada vez que pienso en él...
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- En fin, es lo único que tengo.
- No puede montar así vestida.
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Traigan un caballo
y estaré lista en diez minutos.
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Cuando tenga a las tropas
en formación, avíseme. Me voy al bar.
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Ahí viene.
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Ya le cojo yo eso.
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- ¿A qué distancia está Río Lobo?
- A unos 100 km.
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- La diligencia tardó tres días.
- Nosotros, más.
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Se nos ha olvidado un detalle.
¿ Sabrá montar? ¿ Sabe?
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- ¿ De qué lado se monta?
- Del izquierdo. Ya lo sabía yo.