1:10:00
Cortar la pierna.
1:10:03
Pobre niña.
1:10:05
¡Mutilarla horriblemente!
1:10:08
- ¿Y cuándo?
- Un día que perdamos, podría hacernos llegar tarde.
1:10:11
Pero hombre, doctor. ¡Qué ciencia
es esa que no sabe curar si no cortando?
1:10:17
Anda, Satura. Vete con ella, que no esté sola.
1:10:21
Don Augusto, invente usted algún otro recurso.
Si es necesario cortarme a mí las dos, aquí están.
1:10:27
Perdóneme, estoy loco.
1:10:29
No sé lo que me digo.
1:10:31
Hágase lo que la facultad disponga.
1:10:34
Me ayudará mi amigo, el doctor Ruiz Alonso,
cirujano de punta.
1:10:37
Que lleven esta nota inmediatamente a su casa.
1:10:39
Y creo que, efectuada con felicidad
la operación, podrá salvarse.
1:10:44
¿Cómo? ¿Podrá salvarse?
Pero, ¿ni aún así es seguro?
1:10:47
Desgraciadamente la ciencia no es infalible.
1:10:50
Y bueno será acudir a otras fuentes de salud.
1:10:52
Por experiencia sé, cómo ayuda
la tranquilidad de una mente limpia.
1:10:56
Así que, busque en esta misma tarde
un sacerdote que la confiese y...
1:11:00
¿Curas en mi casa? ¡Nunca!
1:11:02
Agradezco el consejo,
1:11:06
pero no lo acepto.
1:11:07
Ya sé que Jesucristo fue el primer
socialista, etcétera, etcétera...
1:11:10
Bueno, ¿y qué?
1:11:12
Los verdaderos sacerdotes
somos los que defendemos al inocente;
1:11:15
Los enemigos de la injusticia,
de la hipocresía y del vil metal.
1:11:19
Voy a ver un momento a la enferma.