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- Sangre.
- ¿Por qué tienes unos sueños tan asquerosos?
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Oí un disparo. Había sangre por todas partes.
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Alexis, estabas soñando
con el archiduque Franz Ferdinand.
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No fue nada. Sólo un sueño.
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Si tuviste un sueño, vamos a hablar de ello.
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- ¿Te encuentras bien, Alexis?
- Sí.
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El asesinato de Franz Ferdinand
es algo muy malo para Austria y los serbios,
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y para el asesino y su familia.
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Pero así está la política en los Balcanes.
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Los ingleses votan y los serbios asesinan.
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Serbia quiere su libertad
y Austria no se la quiere dar,
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por eso pasó esto.
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Aquí ha pasado alguna vez.
Pusieron una bomba a...
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Nicky, es muy tarde.
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Ya no son niños. Deben aceptar estas cosas.
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Al abuelo le mataron con una bomba.
Igual que al tío Sergei.
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Pero Serbia está muy lejos,
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y no tenemos por qué tener
pesadillas sobre archiduques.
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Los diplomáticos mostrarán su disgusto,
algunos generales saldrán de maniobras,
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y todos volverán a la sensatez.
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En toda Europa los reyes y las reinas
duermen a salvo en sus camas.
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Y eso vamos a hacer nosotros.
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No. ¡No debéis hacer eso, Majestad!
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Es sólo una movilización parcial.
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Es contra Austria, no contra Alemania,
ni ningún otro.
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Si Rusia se moviliza, habrá guerra.
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Los austríacos están atacando Belgrado.
Tenemos que preparar nuestra defensa.
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Ordenaré oraciones por la paz
en todas las iglesias.
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Ahora debo ver a mis ministros
de armamento y reclutamiento.
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Está en nuestras manos, no en las de Dios.
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Él nos ha dado cerebro para razonar.
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Podemos razonar con los locos.
Calmar a los perros rabiosos.