The Life and Times of Judge Roy Bean
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Después de pagar 93 botellas,...
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... el Juez y yo
llegamos a un acuerdo.

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Como sólo me quedaban 9 dólares...
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... estaba en una posición muy débil
para negociar.

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Resultó que el Juez
me consideró un elemento valioso...

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... para defender a prisioneros
con recursos financieros.

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Una defensa apasionada
podría sacar a la luz dichos recursos.

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Consentí en repartir mis beneficios:
60 para el Juez, 40 para mí.

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Pronto tuve establecido
un emergente bufete de abogados.

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Pero nunca olvidé lo que ese
egomaniaco me había hecho.

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Estaba dispuesto
a vengarme del Juez algún día...

:11:38
... y ya contaba con aliados.
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Y su sombrero, es encantador.
Absolutamente encantador.

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Es un placer verles.
Buenos días, señoras.

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Una obra de Dios, como el Gran Cañón.
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¿No habéis tenido bastante
por esta noche?

:12:03
Es hora de que me vaya a dormir.
Me voy a casa.

:12:10
Los antiguos griegos...
:12:12
... rendían culto
a los pies de Afrodita.

:12:15
También amaban a las mujeres mortales.
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Lo mismo me ocurre a mí.
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Buenas noches, Juez.
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Y ella.
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Y la Srta. Lillie.
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¡Deja ese cubo!
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Eres un oso que bebe cerveza,
no uno que come engrudo.

:12:42
Estás por civilizar.
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Un hombre tenía dos amores:...
:12:49
... una diosa inalcanzable...
:12:52
... y una mujer mortal.
:12:54
Y ama a la mujer mortal el doble...
:12:58
... debido a su adoración
por Lillie Langtry.


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