1:22:00
- Le doy 200 dólares por su entrada.
- De ninguna manera.
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¿Me vendería su entrada
por 200 dólares?
1:22:08
Doy 200 dólares
a cualquiera que me dé una entrada.
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200 dólares.
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Quíteme las manos de encima.
Soy el Juez Roy Bean.
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Tranquilícese, Señoría.
1:22:17
Abandone pacíficamente el recinto.
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Conozco el camino.
1:22:23
- Le daré 400 dólares por su entrada.
- Discúlpeme, Señoría.
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- Le oí hablar con el policía.
- Márchese, muchacho.
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- Estoy tratando de hacerle un favor.
- Lárguese.
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Soy un empleado de la ópera.
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No haría esto por nadie más.
1:22:50
Vamos.
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Pero, siendo usted juez y deseando
tanto ver a la Srta. Langtry...
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¿Le gustaría conocerla?
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¿Conoce a la Srta. Lillie?
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Todas las mañanas
pongo sus flores en agua fresca.
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Es parte de mi trabajo.
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¿Se ha fijado si había
rosas rojas y blancas hoy?
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¿Rojas y blancas?
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¿Las envió usted, Señoría?
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Eran increíblemente hermosas.
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- ¿Le gustaron a la Srta. Lillie?
- No sabría decirle, Señoría.
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Las rosas no son sus flores favoritas.
Pero ella aprecia el detalle.
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- ¿Cuál es su flor favorita?
- Los tulipanes.
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Este año han sido los tulipanes.
Eso es lo que ha sido, sí señor.
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¿Tulipanes?
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¿Puede usted hacerme entrar ahí?
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Claro. Conozco bien
al guarda del escenario.
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Podrá ver el espectáculo
desde bastidores.
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Es el mejor lugar del teatro.
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Pero le va a costar dinero.
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Es decir, yo también tengo que vivir.