:36:02
- Buenos días, Dr. Verringer.
- Y también que usted no estaba.
:36:06
Éste es un hospital privado.
No quiero extraños merodeando. Váyase.
:36:12
- Ya le he oído.
- ¿A qué ha venido exactamente?
:36:16
Si Roger Wade no está,
¿ qué le importa a usted?
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- ¿ Seguro que está donde Verringer?
- Verringer negó ser Verringer.
:36:25
Fingió no conocer el nombre
de su marido y se negó a mirar su foto.
:36:29
Por eso estoy casi seguro
de que su marido está allí,
:36:33
pero podemos hacer algo
para asegurarnos del todo.
:36:36
Si usted vuelve allí conmigo,
el Dr. Verringer no podrá rechazarla.
:36:40
Tendrá que contestarle.
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No tengo agallas para hacerlo.
:36:45
¿Las tiene para doblegar a ese perro, pero
no para hablar con el memo de Verringer?
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No es por Verringer, es por Roger.
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No quiere que lo encuentre
ni sepa por qué se esconde allí.
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¿ Y qué hará cuando llegue yo?
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Usted es un extraño.
Con los extraños se porta bien.
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¿ Un orejón?
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No me he comido el de esta tarde.
Me dan diarrea.
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¿ Qué es lo que quiere que haga?
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Compruebe que está bien
e intente traerlo a casa.
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Si tiene algún problema, yo le respaldaré.
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- Aunque no le asustan los problemas.
- ¿Por qué lo dice?
:37:29
Vi su foto en el periódico
y me gustó lo que hizo por mi amigo.
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- ¿ Su amigo?
- No, el suyo. ¿ Qué estoy diciendo?
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También me gusta su cara.
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- Me inspira confianza.
- Ahí sí que me ha pillado.
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No sigas, Lucette. Tienes que volver.
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Gracias, Dom.