Effi Briest
anterior.
reproducción.
marcadores.
siguiente.

:22:01
puesto que nunca he sido joven.
:22:04
La gente de mi clase nunca tiene
juventud.

:22:09
Si me lo permite decir, es lo más triste
del asunto.

:22:15
No se tiene el valor,
:22:18
ni la confianza en uno mismo.
:22:21
Los años pasan,
:22:24
uno envejece,
:22:27
y la vida ha sido pobre y vacía.
:22:31
¡Oh, no diga eso!
:22:34
Las mujeres no somos tan malas.
:22:36
Por supuesto que no.
:22:44
Gieshübler le habría hecho una
declaración de amor allí mismo.

:22:48
Le habría pedido poder
:22:50
luchar y morir por ella como el Cid o
cualquier

:22:54
otro campeador.
:22:56
Pero como no podía ser,
:22:58
y su corazón ya no lo soportaba,
se levantó,

:23:01
buscó su sombrero, que
afortunadamente encontró,

:23:04
y se retiró, besando de nuevo
su mano

:23:06
sin mediar palabra.
:23:18
La impresión que se llevó Effi
:23:20
era siempre la misma:
:23:22
Gente mediocre, la mayoría de dudosa
amabilidad,

:23:26
que fingía hablar sobre Bismarck o la
princesa heredera,

:23:29
y que en realidad sólo estaban
pendientes de su atuendo,

:23:31
para algunos, demasiado pretencioso
para una joven dama,

:23:35
para otros, poco decente para una
dama de su posición.

:23:42
En todo se percibía la escuela
berlinesa:

:23:44
Sentido por la apariencia, pero un
curioso apuro

:23:48
e inseguridad cuando se tocaban
grandes temas.

:23:53
En Rothenmoor, para los Borckes,
:23:54
y para las familias en Morgnitz y
Dabergotz,

:23:57
sufría de "achaques de racionalismo".

anterior.
siguiente.