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Me sentí tan mal como tú ahora.
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Me hizo bien hablar,
confesar, defenderme.
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Me hizo bien enfrentarme a Klaus
cuando me acusó sin piedad.
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¿Te acuerdas? Cuando todo
acabó, sin embargo,
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...sentí un gran alivio.
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Quizás porque Klaus quemó
30 documentos que te implicaban.
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Igual que quemó los tuyos, Kurt.
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Por supuesto. Y no queda nuestro rastro
en ningún archivo militar. ¿verdad?
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Será igual para ti, Max.
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¿Klaus?
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Klaus, quizá no queden testigos
con vida.
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Pero si los hay,
¿no podemos dejarlos en paz?
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¿Y dejarles olvidar?
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Aunque existan documentos sobre
1.000 o incluso 10.000 personas,
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un sólo testigo de carne y hueso
causa mayor impresión que todos ellos.
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Por eso son tan peligrosos, Max.
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Mi labor es buscarlos,
dondequiera que estén,
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..y asegurarme de archivarlos.
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Max, nuestros juicios son privados.
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Y también terapéuticos, ¿no?
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Y mientras más crudos son,
más efectivos resultan.
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Sólo los testigos pueden
conseguir ese efecto,
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porque entran en detalles,
lo emponzoñan todo.
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Tú lo has visto, ¿no? Sólo si
nos enfrentamos a sus acusaciones
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..podremos descubrir
si es posible defendernos.
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Tenemos que defendernos.
La guerra no ha acabado.
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¡Si quieres vivir escondido
como una rata, hazlo tú!
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¡Pero nosotros queremos volver
a nuestros puestos!