The Duellists
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- ! Maldito descarado!
- Era el nombre de la dama, señor.

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Madame de Lionne.
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Sí.
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No apoye el culo en la mesa.
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Mujer encantadora, muy cultivada.
No tuvo nada que ver con el Emperador.

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No me parece que el general sugiriera
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una relaciôn ilícita
entre el Emperador y esa mujer.

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Entonces, ?qué sugería?
?Qué? Vamos, dígalo.

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Señor, yo creo que dio
a entender que esa dama,

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y no el Emperador,
fue la causa de su primer duelo.

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Le reté en duelo media docena de veces.
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La Caballería lo sabe.
?Haría yo algo así por una pequeñez?

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Era una dama que gozaba de mi estima.
Su salôn era célebre en Estrasburgo.

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Sí, recuerdo algo más.
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Me dijo, en público,
lo tengo clavado en la mente:

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"Por mí, pueden escupir
a Napoleôn Bonaparte".

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- ?Quién?
- Ellos, ellos.

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?Cuándo no ha tenido
enemigos el Emperador?

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D'Hubert es un chaquetero.
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Le diré algo más, no ha sentido nunca
la menor estima por el Emperador.

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Ha estado en muchas campañas.
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Cuando le vuelva a ver, dígale
que lo probaré a la primera oportunidad.

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Por el Emperador.
Suerte para él y para sus servidores.

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Pero en menos de cien días,
Napoleón era vencido.

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Y les propongo un brindis.
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Demos gracias por el feliz retorno
de su Sagrada Majestad, Luis XVIll.

1:07:50
- Dios salve al Rey.
- ! Dios salve al Rey!

1:07:57
Y que el demonio
lleve al Ogro a Santa Elena.


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