:11:02
Dios mío. Menudo monstruo.
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Ahora camina hacia atrás.
:11:07
- ¿Le damos dinero?
- ¡No! ¿Por quién me tomas?
:11:11
No sé. No nos va a molestar.
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- Espero que aprobemos.
- ¡Claro que sí! Dos de palomitas.
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- ¿Diga?
- ¿El Sr. Johnson?
:11:24
- Sí.
- Soy Raymond Dunwoodie.
:11:27
- ¿ Qué ocurre, Raymond?
- Oiga, no he cambiado de parecer.
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No puedo ayudarle, pero hay alguien
que quizá pueda localizar a su hijo.
:11:37
No me haga perder el tiempo.
:11:40
No, estoy en la playa
y he encontrado a alguien.
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Es una chica de unos 17 años y es vidente.
:11:47
- ¿Está seguro?
- Sí, lo estoy.
:11:50
Tráigala aquí.
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Aún no la tengo,
pero podría raptarla. Escuche...
:11:56
Sr. Johnson, esto le costará mucho.
:12:00
¿ Cuánto?
:12:02
Esta chica no vale 50 o 100 pavos.
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- ¿ Cuánto, Raymond?
- Mil dólares.
:12:10
No tengo tanto dinero.
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Eso me entristece, Sr. J.
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Casi tanto como la historia sobre su hijo.
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Dunwoodie ha valido la pena.
Llamada rastreada.
:12:21
Está hablando con Sandza.
Hotel Plymouth.
:12:34
- Entre, métase dentro.
- Sí, señor.
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- ¿Se hospeda este hombre aquí?
- No lo sé.
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- Acabo de llegar, hace media hora.
- Creemos que lleva aquí varios días.
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No son de la policía, ¿ verdad?
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Soy un hombre de mundo
y su organización no me suena.
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No gastamos mucho en publicidad.