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Sé que el sindicato es la única forma
de defendernos, de mejorar nuestra suerte.
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Supongo que por eso les presiono.
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Nuestra propia Mother Jones.
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¿Quién es?
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Una mujer extraordinaria. Creó un sindicato
para los mineros de West Virginia.
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No estás enfadado conmigo.
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Si la situación requiriera a una mujer lista,
irreverente, desaliñada y trabajadora,
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te escogería a ti.
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¿Cómo que "desaliñada"?
Ya nadie lleva fajas.
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- ¿Por qué me la das a mí? No lo he pedido.
- Tú te lo has comido.
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- ¿Qué quieren?
- ¿Está Warshawsky?
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Reuben está en la imprenta.
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Es muy tarde para eso.
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Reuben les hace trabajar hasta tarde.
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Eres Norma Rae, ¿verdad?
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Soy la Sra. Webster.
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Somos de la central del sindicato.
Él es Al London y yo soy Sam Dakin.
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¿Ah, sí?
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Pues ya que están aquí,
voy a darles la lista de la compra. Veamos.
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Necesitamos más sobres y sellos.
Casi no nos queda papel.
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Nos vendría bien un altavoz.
Y máquinas de escribir que no se atasquen.
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- No suministramos material de oficina.
- Y tampoco vienen mucho por aquí.
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Hola, Reuben.
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- Sam. ¿Cómo estás?
- Bien.
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- Has engordado.
- Sí, un kilo.
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- Al, ¿cómo estás?
- Fatal. Estoy resfriado.