:27:01
Sabes bien que tengo medios a
mi disposición.
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No, pero ahora lo sé.
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En mi infancia, los padres no tenían
el corazón tan blando.
:27:10
Tenían una vara.
Yo también tengo una.
:27:13
Es una ordinaria, sacude alfombras,
¡Lo hace muy bien!
:27:18
Si eso no funciona, hay otros recursos
llámalo aceite de ricino.
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Ahí tienes la botella y el vaso.
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Unos tragos de eso y serás más
dócil.
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Si eso no funciona
hay una obscura y fría covacha
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dónde te sientas por unas horas
y las ratas se suben a tu cara.
:27:42
¿Por qué debo ser castigado?
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Eso es obvio, muchacho.
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Tienes debilidad en tu carácter.
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No puedes distinguir las mentiras
de la verdad.
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Hasta ahorita son mentiras de
chiquillo, aunque sean terribles.
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Pero pronto crecerás, Alexander,
:28:04
y la vida castiga a los mentirosos
sin piedad.
:28:10
El castigo es para enseñarte
:28:14
a amar la verdad.
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Confieso que dije lo del encierro
de su esposa e hijas.
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- ¿Confiesas perjurio?
- Lo supongo.
:28:29
Has ganado una gran victoria.
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Una victoria sobre ti mismo.
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¿Qué castigo escoges?
:28:45
¿Vara, aceite de ricino o
la obscura covacha?
:28:49
- ¿Cuantos golpes con la vara?
- Diez.
:28:52
Escojo la vara.
:28:58
Toma dos cojines y ponlos en
la mesa.