Mujeres al borde de un ataque de nervios
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Estoy enfrente de tu casa
y tú no estás.

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¡:Estoy sube para arriba,
baja para abajo y ya no sé!

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No te pude dejar ningún recado--
:32:14
¡Qué pesada de mujer!
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Pero te quiero decir una cosa--
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Porque no entiendo--
Si tú tuvieras un problema--

:32:23
¡:Esto te va apesaren la conciencia,
te lo aseguro!

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- Ah, eres tú.
- Te he dejado mil recados.

:32:40
Sí, ya lo he oído.
¡Qué pesada estás!

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¡A mí no me digas eso
porque me voy ahora mismo!

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Entra.
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He estado fuera toda la noche.
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Yo también.
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Entonces nos vendrá bien un café.
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- ¿Te vas?
- Es de Iván. Me deja.

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A mí también.
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- ¿Has estado trabajando afuera?
- No te lo podía contar por teléfono.

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¡EI teléfono!
¡Acabo de romperlo!

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¡Dios mío!
¡Tengo que llamar a Reparaciones!

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Pero, Pepa, ¿me puedo quedar aquí?
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¡Estoy metida
en un lío muy grande, Pepa!

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Ahora me lo cuentas, empieza a preparar
el café. Qué pesada estás hoy, ¿no?

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¿Sí?
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¡No me digas pesada!
Estoy muy sensible.

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Por Dios.
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Esto parece cosa de terrorismo.
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Ah, el teléfono--
:33:42
Pero si esto no es normal.
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¡La policía! Estoy perdida.
:33:58
Buenos días.

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