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¿No te infunde "sospecha" mi cargo?
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¿No te infunde "sospecha" mi edad?
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¡Que no esté aquí para escribir
lo de asno!
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Maeses, recordad: soy un asno.
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Aunque no esté escrito,
no olvidéis que soy un asno.
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Si continuáis así, os causaréis la muerte.
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Dime de un padre
que amara tanto a su hija,
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cuya dicha haya sido aniquilada
como la mía,
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y luego háblale de paciencia.
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No existe un hombre tal.
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Los hombres pueden proferir palabras
de consuelo por cosas que no sienten,
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pero al probarlo, su consuelo
se torna en cólera.
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¡Te ruego me dejes hablar!
Seré carne y sangre.
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Aún no vi filósofo capaz de soportar
pacientemente un dolor de muelas.
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No os echéis todo el peso de la pena.
Que los que ofenden sufran también.
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En eso tenéis razón. Eso haré.
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Mi alma me dice que Hero ha sido
calumniada y eso lo sabrá Claudio,
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así como el príncipe
y todos los que la deshonraron.
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¡Ahí están el príncipe y Claudio!
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- Buenos días.
- Oíd, señores...
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- Tenemos prisa.
- ¿Prisa? ¡Pues adiós, señores!
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- ¿Ahora tienen prisa? Pues adiós.
- No busquéis pelea.
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Si la pelea le satisficiera,
alguien mordería el polvo.
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- ¿Quién le ha ofendido?
- ¡Vos, por mi fe, me ha ofendido!
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No pongáis la mano sobre la espada.
No os temo.
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Maldita sea mi mano
si os diera algún temor.
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- Mi mano no quiere nada de mi espada.
- No os moféis ni os burléis de mí.
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No soy caduco ni necio.
Os digo que habéis calumniado a mi hija.