:00:07
Ning, esto estaba entre mi ropa.
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Esto es tuyo.
:00:10
Papá cada día está peor.
:00:12
En mi opinión,
le preocupa algo.
:00:14
Está senil.
¡Pensar que yo me pondría eso!
:00:17
¿Tan feo te parece?
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- No, mujer, tú ya me entiendes.
- En absoluto.
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- Papá, ¿te encuentras bien?
- Claro.
:00:40
- ¿Por qué lo preguntas?
- No, por nada.
:00:43
- ¿Acaso tengo mala cara?
- ¡No!
:00:49
Estoy bien.
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- Hola, Chu.
- Hola, Shan, ven.
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Amigo Chu, debería haber venido
a darle las gracias mucho antes.
:01:12
Jin-Rong siempre está ocupada.
Casi he tenido que obligarla a traerme.
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Me ha contado
lo bien que cuida de ellas...
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y quería darle las gracias
personalmente.
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No tiene importancia, Jia-Ning y
su hija han sido compañeras de clase.
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Cuando estudiaban,
Vd. cuidaba de mis hijas.
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Ahora Jin-Rong está sola y...
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¡Hola!
Vamos a jugar, ¿quieres?
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Espera, díselo a tu madre.
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- ¿Por qué os habéis...?
- ¡Jia-Ning!
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- ¿Cuánto tiempo hacía que no te veía?
- Mucho sí.
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- ¿Aún te dedicas a la enseñanza?
- Aún.
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- ¿ Y sigues soltera?
- Sí.
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Pues no te pierdes gran cosa.
El matrimonio sólo trae conflictos.
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Si por desgracia te casas
con un botarate...
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la única solución es el divorcio.
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El mejor ejemplo es mi hija Rong,
que se casó con un energúmeno.
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¡Mamá!
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Porque, si no te divorcias,
debes cargar con él toda la vida.
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Tienes que esperar a que se muera
para ser libre...