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Para convertirte en otra
perdida y solitaria esposa
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Pasas revisión de los años
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Llenos sólo de lágrimas
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Corazones jovenes
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Correr libres
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Nunca os comprometáis
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INVITACIÓN A UN BANQUETE
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Como Rosalina y tú
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Vamos, Romeo,
hemos de hacerte bailar.
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No. Yo no.
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Vosotros que lleváis zapatos ligeros de baile.
Yo tengo el alma en los pies.
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Estás enamorado.
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Pídele las alas a Cupido
y empínate hasta donde puedas.
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Bajo la pesada carga del amor me hundo.
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Demasiada presion para tan tierna cosa.
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¿Dices que es tierno el amor?
Es demasiado duro,
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áspero y violento,
e hiriente como el espino.
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Si contigo es cruel el amor,
sé tú cruel con él.
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Si te hiere, hiérele y podrás vencerle.
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¡Que cada cual se cuide de sus piernas!
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- ¡No tiene sentido ir!
- ¿Y por qué, si puede saberse?
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- Tuve un sueño esta noche.
- Yo también.
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- ¿Y qué soñaste?
- Que los soñadores ven visiones.
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Visiones verdaderas
mientras se duerme.
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¡Oh! Ya veo que
la reina Mab te ha visitado.
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Es la reina de las ilusiones,
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y su tamaño no es mayor que un ágata
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en el dedo de un rico concejal.
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Le rodea una corte
de seres diminutos
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que se introducen por
la nariz de los durmientes.
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Su coche es una cáscara de avellana,
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su cochero un ridículo
mosquito vestido de gris.
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Y con tal lujo galopa noche tras
noche por cerebros enamorados,
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que entonces sueñan...
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con el amor;
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y por los dedos del abogado
que sueña con sus honorarios.
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A veces pasa por el cuello de un soldado,
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y esto le hace soñar en degollar extraños;
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y así, asustado, reza una oracion,
o dos, y se duerme otra vez.