:46:02
- ¿Eso ha dicho?
- Oh, sí.
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Dijo que tus ojos parecían diamantes
refulgiendo en la noche.
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Los viejos ojos del sargento no lo veían.
Aquí tienes los 20 dólares que te aposté.
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Creo que lo mínimo que podrías hacer
es invitar a cenar a la señorita.
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Siéntate e invítala a cenar. Vamos.
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Ah, la juventud.
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Ése es mi sargento.
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Comandante Ebersole, chicos. Bienvenidos.
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Estuve aquí una vez, hace cinco años.
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Tomé un whisky con soda.
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Bien. Estos sitios
dependen de la clientela fija.
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Están pintando nuestro club social,
así que hemos trasladado el póker aquí.
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Póker. He oído cosas maravillosas
sobre ese juego. ¿Puedo mirar?
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- ¿No juega al póker?
- Estoy muy ocupado en el taller,
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pringado de grasa hasta los codos. Quizá
podría unirme... No, hay un problema.
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No tengo suelto.
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Nosotros se lo daremos. No pasa nada.
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Qué bien. Me dejan jugar a las cartas.
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- ¿ Qué quiere tomar?
- Whisky con hielo. Una mujer guapa.
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Es la chica de Bilko.
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Eso la hace todavía más guapa.
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Ahora le doy cinco cartas.
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- Cinco cartas. Espere que lo anoto.
- Sí, vale.
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La peor mano que puede tener,
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es si sólo tiene una carta alta
y no puede emparejarla con ninguna.
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- Después viene la pareja.
- Una pareja. Qué emocionante. Pareja.