Le Violon rouge
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:07:00
Hay un gran interés por él, claro.
Comencemos. ¿Quién da más?

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¡260 Mil!
Buenas noches, Sr. Ruselsky.

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Señora.
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-Cesca, ¿todavía lee la suerte?
-Muy bien, señora. Siéntese.

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Cuando me llamó,
estaba en la huerta.

:07:50
-Puedo venir aquí, ¿verdad?
-Por supuesto que sí.

:07:53
-Es una parte de mi casa.
-Claro, señora, claro.

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Tengo nuevos amuletos y huesos
que iba a llevarle.

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Si convenciera a su marido para
que escupa en ellos, sería mejor.

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¿Tiene hambre?
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-No coma eso. Es pescado.
-¿Y qué?

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Hará que su hijo sea lento
de cabeza. Ahí está.

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Piedras y una llave...
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...para que la lleve al cuello.
-Mi marido está harto de escupir.

:08:33
Escupir es lo mejor que
los hombres saben hacer.

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La saliva del padre
es lo mejor que hay.

:08:40
Cesca, quiero que lea
la suerte de mi hijo.

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-No puedo hacer eso.
-Si es por mi marido, no se preocupe.

:08:49
No, señora,
no es por su marido...

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es que realmente no puedo hacerlo.
:08:57
Entiendo.
:08:59
Hasta que el bebé no nazca,
su humor y el suyo son el mismo.


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