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Milwaukee no es New York,
Chicago o Los Ángeles
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No solemos recibir a celebridades,
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estrellas de cine, etc.
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Por aquí pasan más bien gente
que no se da demasiados aires.
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Una ciudad de mediana importancia
como la nuestra prefiere acoger
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a personas más reflexivas,
novelistas o escritores que,
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como Michael, hacen una gira
de promoción inédita.
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Es algo muy impactante,
jamás había visto nada igual.
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¡Y llevo siete años en la profesión!
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Anulamos, añadimos.
La gente le reclama sin parar,
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para hablarle, para charlar
y él siempre se presta,
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y de repente, empezamos
a saltarnos todo el plan.
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¿Eso la pone nerviosa?
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¿Me ha dado algún tic?
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Los sindicatos llevan 20 años
intrigando con los patronos,
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y cada vez que la patronal
chasquea los dedos,
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los sindicatos se pliegan ella.
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Uno de los pasajes
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más divertidos del libro
es su tentativa de comprobar
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si los candidatos aceptan
la financiación de cualquiera.
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Cuéntenos las repercusiones...
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Michael, tenemos que irnos.
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¿Qué decía usted?
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Decía que necesita una madre.
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Me paso el día repitiéndole todo.
No quiero llamarle a gritos.
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Usted no grita. Es la guía
más encantadora que he tenido.
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¿Entonces puedo cabrearme?
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Usted es tan comprensiva.
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¿Esto qué es? ¿Una alerta aérea?
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Es la sirena del mediodía.
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¿La sirena del mediodía?
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¡Pues vaya una sirena!
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- ¿Y suena todos los días?
- Creo que sí.
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- ¿Para qué la utilizan?
- Para avisar de la hora del almuerzo.