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Había que reconocer que el Peugeot, desde que lo compré, sólo me había ocasionado molestias
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múltiples reparaciones poco comprensibles,
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Ligeros golpes
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bueno, claro, los conductores adversos fingen calma
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sacan el parte del seguro, dicen bueno de acuerdo
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Pero en el fondo lanzan miradas llenas de odio
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Es muy desagradable
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Y además bien pensado
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como ya no salía mucho los fines de semana...
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Por vacaciones, optaba casi siempre por la formula del viaje organizado
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Otras veces por la de residencia-club
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entonces, ¿el coche para qué?
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Podía contar que me la habían robado
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Los robos de coche habían progresado mucho desde hacia unos años
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Sobretodo en los suburbios
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La anécdota seria comprendida fácilmente
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Admitida tanto por las compañías de seguros como por mis compañeros de trabajo
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¿Cómo confesar que había perdido mi coche?
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Iba a pasar por un payaso
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O por un anormal o un guiñol
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No, no se bromea sobre esos temas