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...cuando éramos el gran centro
de las minas de oro.
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Dicen que ya nadie come
salmón de lata.
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¿Lo comes tú?
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¿Para qué lo quiero,
si lo tengo fresco?
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Pues eso. Allá en Illinois
dicen lo mismo.
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El único combate
entre un lobo domesticado...
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Estaba en su pequeña avioneta...
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...a punto de aterrizar
en buenas condiciones...
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...soltando su discursito sobre
los glaciares y la vida salvaje...
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¿Eres tú acaso el único
que se quedó sin trabajo?
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Intentaba deslumbrar a dos chicas.
Ya tenía las ruedas sacadas.
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Así que los llevé con mi bote.
Era un ejecutivo importante.
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Iba con la mujer actual
y dos niños de la anterior.
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Las ruedas tocan el agua.
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Da una vuelta de campana.
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¡Tiendas con calefacción,
comida fina liofilizada!
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Y ropa que valdría unos 4.000$.
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La avioneta, panza arriba en el agua.
Las chicas inconscientes.
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Él, boca abajo y sujeto por
el cinturón. Y el agua subiendo.
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Dos horas aguantaron.
El ejecutivo me llamó por radio.
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De cabeza sobre otro Piper
que también miraba Dios sabe dónde.
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Y tanto frío que se te hiela
el pis antes de tocar suelo.
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El metal tiene ese sonidito
al cerrar la puerta...
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...como de caerse a trozos.
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No, no ha habido disparos.
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Con la niebla ni veo
el morro de la avioneta.
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Aprovechar recursos, ¡eso!
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¿Así que sales, te pones
y coges un pez? ¡Una mierda!
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¡No es ningún granjero!
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Aquí rodeado de montañas.
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Y con rusos y japoneses
quitándonos el pan.
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Ha sido el escenario
de muchos conflictos.
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¡Cuánto tiempo sin verte!
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¡Jack! ¿Qué te trae
por estos parajes?
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Traje a unos ejecutivos
de Córdova.
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Hay como 1.000 en el
Centro de Congresos.