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Llevando la marca
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de la vergüenza,
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de Caín
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Si pudiera echar atrás.
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Si pudiera deshacerme
de todo,
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empezando por mí mismo.
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Empezando por pedir prestada
una chaqueta.
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Oh, qué paraíso
tan fugaz
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Una delicia inocente
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Amar
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Ser amado
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Una nana
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Y después el silencio
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- Frances, eso ha sido precioso.
- Estoy muy content@. Gracias.
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Enhorabuena.
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Maravilloso.
Muy agradable.
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Herbert Greenleaf.
Mi esposa, Emily.
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Gracias.
Tom Ripley.
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- ¿Qué tal?
- Estabas en Princeton.
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Seguramente conozcas a nuestro
hijo, Dick. Dickie Greenleaf.
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No he podido evitar
fijarme en tu chaqueta.
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Sí.
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Clase de 56.
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¿Cómo está Dickie?
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Nos ha encantado verte.
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Espero que vengas a
visitarnos.
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- Gracias. Sois muy amables.
- Lo dos.
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- ¿Herbert?
- Sí, sí. De verdad me encantaría.
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Por supuesto, lo que Dickie entiende
por música es el Jazz.
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- Oh, cariño.
- Tiene un saxofón.
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Para mí el jazz
no es más que ruido.
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Solo ruido molesto.
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- Encantado de conocerte.
- Y a tí.
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- Señor.
- Te veremos en el puerto.
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- Eso es pero.
- Bien.