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FRONTERA DE KALINGA
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Comed, niños. En Kalinga nadie
duerme hambriento. Come tú también.
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Toma, Pawan. Está bueno.
Cómelo. Está sabroso.
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¿Y por qué ibas a comerlo?
Solías comer de la mano de mi madre.
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No debemos quejarnos. Soy un hombre común,
y tú un caballo común.
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ningún Palacio Real
ni platos exquisitos para nosotros.
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Ahora tenemos la tierra para dormir,...
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...el cielo abierto para cubrirnos,...
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...y las bellas princesas...
sólo existen en nuestros sueños.
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Ve, Viento, busca...
:24:49
Encuentra a alguien como yo
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Tráeme a mi amado