Nirgendwo in Afrika
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:05:03
¡Walter, abre tu boca!
:05:13
Discúlpen, tengo que
abrir la puerta. ¡Aguarde!

:05:17
Tía Jettel, ¿todavía queda
jugo de manzana?

:05:23
¡Anna! Me alegra que hayas venido.
Rudolf, pasa.

:05:28
Buenas tardes, Sra. Redlich.
¡No debes hablar con ellos!

:05:35
Anna, hola.
Hola, Ina.

:05:42
¡Hubert, Jürgen! ¡Dejen de jugar con fuego!
Van a prender fuego todo el edificio.

:05:47
Seguro, Klara.
:05:52
Aquí. Muerde esto.
Tendrás que acostumbrarte a esto.

:05:56
Los negros comen todo quemado.
¡O crudo y jugoso!

:06:01
¡Pero comen hasta perros!
Lo sé por mi libro de geografía.

:06:05
- Comen saltamontes también. ¡Aléjalo!
- ¿Qué haces en Africa?

:06:10
Ni siquiera te atreves
a tocar un perro.

:06:15
- ¿Esta comida tiene nueces?
- ¡Fue lo único que conseguí, Sr. Redlich!

:06:19
- Pero, Klara.
- ¡No tiene tantas nueces!

:06:23
¿Porque te hacen estornudar, verdad?
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Cada puta vez.
:06:32
Me encantaba el verde. Walter
lo compró en vísperas de año nuevo.

:06:36
Pero en realidad, ya no me queda más.
:06:41
Entonces llévalo.
:06:45
- Eres un ángel, Jettel.
- Gracias.

:06:49
Käthchen. Sin lágrimas, ¿está bien?
:06:53
Quédate con tu trasero, Liesel.
Así es como les gusta a los hombres.

:06:57
- Una carta para tí.
- ¿Para mí?


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