:10:00
Lamento decir que eso
es imposible, señor.
:10:03
Mi socio murió
hace ya muchos años...
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...aunque su esmerada calidad
sigue viva.
:10:10
Me da mucho gusto.
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Él vestía a mi padre, ya sabe...
:10:15
...en sus días de Savile Row.
:10:18
¡Mire nada más!
Primera vez que eso pasa, lo admito.
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Padre a hijo,
Savile Row a Panamá.
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-¿Oíste, Marta?
-Pensé que le sorprendería.
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Estoy sorprendido, señor,
y encantado.
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Marta, anota al Sr. Osnard
como viejo cliente.
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Arthur Braithwaite
le hacía trajes a su padre.
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Ahora, si gusta pasar
por acá, Sr. Osnard.
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¿Qué demonios le pasó a ella?
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¿Fue en los malos tiempos?
¿La época de Noriega?
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¿Víctima de una justicia dura?
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-Si gusta tomar asiento, señor.
-Gracias.
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Este cuarto es "El Salón de Club".
Algunos compatriotas...
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...vienen en el almuerzo
y al final del día.
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¿Y por qué no?
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¿Qué se le ofrecía, exactamente?
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Pensaba empezar
con un par de trajes deportivos.
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Después de eso...
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...el "monty completo",
como decía Braithwaite.
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Ya veo. Muy bien, señor.
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Lástima, se robaron la expresión.
Hoy en día significa lo contrario.
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-Eso he oído, señor.
-Desnudo, en pelotas.
:11:21
-Así es, señor.
-El dinero no es problema.
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Mire estas telas,
a ver cuál le agrada.
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Todas son del peso debido
para este clima diabólico.
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Siete u ocho onzas
de la mejor lana peinada.
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Lo máximo que un hombre
debe aguantar.
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¿Qué tal ésta?
Alpaca, ¿cierto?
:11:39
-Muy bien, señor.
-Perfecto.
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Justo lo que yo le hubiera escogido.
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Dado que el dinero es lo de menos.
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-¿Qué sigue?
-Ah, el sol.
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Estadísticas vitales.
Por aquí.
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Claro que sí.
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-¿Podría quitarse el saco?
-Por supuesto.