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¡Marcello!
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¿Puedes creerlo?
¡Me tiró una rosa!
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-Una rosa blanca.--Sí, es linda,
pero siempre pensé que las rojas...
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-...eran las especiales.
-Oh, no. No lo entiendes.
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El blanco es especial.
Es puro. No como las rojas.
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A todo el mundo le dan rosas rojas.
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-¿Entonces te gustó la ópera?
-Oh, más...
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-...de lo que me hubiera imaginado.
-Sí, bueno, Angelo la amaba.
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¿Mi padre era buen mozo de joven?
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Sí, muy. Y tu madre, ella
era capaz de caminar por un cuarto,
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...y todo simplemente se detenía.
Y recuerdo que una vez,
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...en ese casamiento,
bailé con ella.
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-¿Te dio vergüenza?
-Por supuesto que me dio vergüenza.
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Yo era sólo un muchacho, pero, tú sabes,
ella estaba embarazada de ti.
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Eso significa que tú fuiste
la primera persona con la que baile.
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Supongo.
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Me gusta eso de todas maneras.
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Frankie, dime algo.
¿Por qué no te has casado nunca?
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-Sólo estoy esperando.--¿Me estás
diciendo que nunca estuviste enamorado?
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El amor es como un estado de locura
temporal, ¿no es así?
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¿Y nunca estuviste loco?
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Estás leyendo eso.
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Este Marcello, él convierte
las cosas en algo tan pasional.
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No puedo parar de leerlo.
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-¿Lo has leído alguna vez?
-No creo que me vaya a gustar.
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-¿Por qué no?
-Ah, parece muy suave.
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-¿Qué es lo malo de ser suave?
-No lo sé.
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Conozco a tipos así,
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...presumiendo como gallos
tomando crédito de la salida del sol.