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Quiero presentarte a mi tío,
Morris Farnsworth...
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un exitoso marchante
de Nueva York...
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que tuvo la amabilidad de venir
a nuestra pequeña reunión provinciana.
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Morris, querido,
quiero presentarte...
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a mi querida amiga
Cathleen Whitaker...
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cuyo rostro y gusto por las minorías
no son extraños...
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a las páginas sociales
de Hartford.
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Mona, por favor.
Tiene que ignorarla, Sr. Farnsworth.
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- Encantado.
- Espero que disfrute su estancia.
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Morris nos contaba
una deliciosa historia...
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sobre un Rembrandt falso.
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Cathy, no queremos distraerte.
Querrás ver la exposición.
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- Me muero por verla.
- Sí, es simplemente encantadora.
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- Eleanor, debes estar orgullosa.
- Gracias, Mona.
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- Fue un placer conocerlo.
- Lo mismo digo, mi querida.
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¿La esposa de un ejecutivo de Hartford
comulgando con Picasso?
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Sra. Leacock,
qué alegría volver a verla.
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¿Y cómo está
su encantador esposo?
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Está muy bien. Gracias.
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- ¿Me disculparía un minuto?
- Seguro, querida.
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Gracias.
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Raymond, qué gran sorpresa
encontrarlo aquí.
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- Sra. Whitaker, hola.
- ¿Ella es su hija?
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- Sí. Es mi Sarah.
- Hola, Sarah.
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- Hola.
- ¡Tommy, ven aquí!
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Sarah, ¿no son Hutch y su hermanito
los que veo allí jugando?
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Te acuerdas de ellos,
¿verdad, hija?
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Seguro que sí. El día que fuimos
a la casa de los Hutchinson.
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Ah. Sí.
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¿Qué te parece si sales a ver
si quieren jugar un rato?
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Por favor.
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¿Por papá?
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Así se hace.