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¿Quién es esa mujer a quien
llamas tu reina, Alejandro?
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¿Una montañesa?
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¿Tú, con tu abolengo?
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Con su naturaleza
tosca y fuerte
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ya se está haciendo enemigos.
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No nos confundas.
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Yo jamás fui una bárbara
como decía Filipo.
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Somos de la sangre real
de Aquiles.
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Zeus es tu padre.
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Ya entiendo, te aporta
algo de felicidad.
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Pero óyeme cuando te digo
que actúes, y pronto.
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Después de siete años,
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la gente se pregunta:
"¿Quién es ese Rey Alejandro?"
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Te he dado pruebas
más que suficientes.
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Antípater socava día a día
tu autoridad.
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Regresa a Babilonia
y refuerza tu centro,
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o vuelve a casa a Macedonia
a reorganizar,
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pero no persigas tu sueño
más hacia el Este.
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Tu vida y la mía
dependen de ello.
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Recuerda...
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que sólo pienso en ti.
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Al igual que también
debes afrontar
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tu glorioso destino,
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piensa amablemente
en tu madre.
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Préstame apoyo.
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Protégeme de tus enemigos
cuando no estás.
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Y recuerda siempre,
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que yo soy la que más te ama.
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Desearía que no fueras sólo
un pálido reflejo
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del corazón de mi madre.